Desde que era pequeña siempre he soñado con toros. En mi pueblo hay dos días al año en los cuales se celebran corridas de toros y encierros.
El otro día caminando por mi barrio, encontré estos monumentos en el Palacio de Vistalegre y me recordó a estos sueños.
Algunas veces en estos sueños los toros son mansos y no intentan atacarme si paso por su lado. Otras están enfurecidos conmigo, me persiguen pero logro salvarme. Sin embargo, en otros sueños no arremeten contra mí, sino con algún familiar o amigo. En la mayoría de los casos el miedo se apodera de mí, pero no en todos.
Lucía Luna
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